jueves, 14 de marzo de 2013

Etapas gráfico-plásticas del niño


" Una simple línea pintada con el pincel puede llevar a la Libertad y a la Felicidad" (Miró)
" Sin el arte la vida seria un error " (Friederich Nietzsche)
Me gustaría comenzar con estás dos pequeñas frases de introducción, dando a conocer la importancia del arte en nuestra vidas, y que por ello, debemos de comenzar a fomentar el arte desde edad temprana, comprobando como el arte puede ser una gran herramienta de expresión en los niños, y de fomento de su creatividad e imaginación, formando personas críticas y reflexivas, pero sobretodo, y algo que de verdad me ha gustado, es esa idea de que el arte puede ayudarnos incluso a ser más felices… 


El otro día en clase estuvimos viendo las etapas gráfico-plásticas de los niños, cómo van evolucionando poco a poco en relación a las nociones de dibujo. Observamos cómo hay diferentes etapas, las cuales tienen unas pequeñas características que se pueden destacar, y que se repiten en la mayoría de los niños. Vimos cómo cada etapa se va sucediendo una detrás de la otra sucesivamente, sin saltarse ninguna etapa, aunque, por lo general, se ha comprobado que el paso de una etapa a otra no es igual en todos los niños, sino que depende de cada niño. En cuanto a los estudios e investigaciones sobre el desarrollo gráfico plástico en los niños, destaca Viktor Lowenfeld, profesor de educación artística en la Universidad Estatal de Pensilvania, que, en torno a 1957, explicó las modificaciones que va sufriendo el lenguaje gráfico-plástico de los niños y las niñas, a medida que maduran su aspecto físico, intelectual y afectivo.
A continuación, mostraré la clasificación de dichas etapas de una manera bastante resumida, aunque a la vez bastante clara, con algunos ejemplos visuales.

La primera etapa se suele conocer como “Etapa del Garabateo”, y suele incluirse entre  los 2 y los 4 años (aunque como ya he dicho, la duración dependerá de cada niño), donde se va dando un progreso desde el garabateo sin control, a un garabateo controlado, hasta llegar a un garabateo con nombre. Observándose, en el primer garabateo, trazos impulsivos, líneas desordenadas, avanzando hacia formas ya más cerradas analizando lo que van a dibujar, hasta llegar al garabateo con nombre, donde los niños ya dan una función a ese grafismo, saben lo que van a dibujar, ya van estableciendo una relación entre el objeto o lo que quiere representar con la manera de representarlo.  
Garabato sin control

Garabato controlado
Garabato con nombre 

La siguiente etapa se conoce como “Etapa preesquemática”, situándose entre los 4 y los 7 años, respectivamente, donde las representaciones ya van adquiriendo una forma, pero una cosa que hay que tener en cuenta en esta etapa es que no van a dibujar lo que ven en ese momento, sino lo que creen saber sobre ese determinado objeto que quieren representar. Se habla aquí también del “egocentrismo”, así como también del dibujo del “renacuajo”, forma de dibujar muy característica en esta etapa; pero, sobretodo se centrarán en representar algo, un determinado objeto, ellos quieren dibujar una cosa concreta. Hay que decir también, algo de bastante relevancia, y que a mí claramente me llama la atención, y es el hecho de que en esta etapa los niños no controlan todavía lo que es el orden de los objetos en el espacio, ni tampoco el color concreto que tienen las cosas en la realidad, se dice que aplican el color según las emociones que quieren transmitir en sus representaciones.
 

La siguiente etapa es la conocida como “Etapa esquemática”, situada generalmente entre los 7 y 9 años, donde ya van a valorar el esquema del cuerpo humano y las acciones de éste, estableciendo un estereotipo que, poco a poco, irán mejorando, dibujarán según su propia imagen. Ya van asimilando alguna idea hacia el orden y la perspectiva en el espacio, intentando dibujar los diferentes objetos colocándolos correctamente en el espacio. Algo que me llamó la atención de esta etapa es la transparencia o lo que se conoce como “rayos x”, dejar ver lo que esconden los objetos por dentro (coches con personas dentro, interiores de casas…). En este momento, son capaces también de representar gráficamente una determinada historia siguiendo una secuencia temporal concreta.


  

Después, se alcanza la “Etapa realista”, entre los 9 y 11 años. Ya se adquiere el conocimiento de pertenencia a un grupo, asimilando también un mayor acercamiento a la realidad, aplicando también lo que se conoce como “superposición”… Representación también de los objetos en movimiento, dándole importancia a éste. Se vuelven más detallistas.
 

La siguiente etapa se conoce como “Etapa Pseudonaturalista”, y se comprende entre los 11 y 13 años. Tienden a un naturalismo, razonando ya sus representaciones, mostrando su personalidad en los diferentes dibujos. Se van a centrar muchísimo en el resultado final (no en el proceso, que es lo que solemos dar más relevancia). Se puede decir que, mejor o peor, son capaces de realizar dibujos representativos de la realidad, expresivos y abstractos. 
 

    Como última etapa en esta clasificación se suele hablar de “El período de la Decisión”, situándose entre los 13 y los 17 años, donde se habla de dos tipos de expresión artística: háptica (niños de mentalidad emocional o subjetiva) y visual (mentalidad visual u objetiva). En el primer tipo, expresarán sus emociones y sentimientos, centrándose en sí mismos, exagerando todo lo que quieren representar. En el segundo tipo, se centrarán más en lo visual, viendo todo como un conjunto.
 

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